Aunque varias de sus víctimas se animaron a denunciarlo ante las autoridades legislativas, Romero sigue siendo jefe y teniendo personal a su cargo.
Quienes hicieron las denuncias por escrito fueron transferidos a otras dependencias, decisión que habrían tomado las autoridades para sacarse de encima el "problema". Otras denuncias hechas de forma verbal fueron ignoradas y los denunciantes siguen bajo las órdenes de Romero. Obviamente ahora son tomados de punto y los maltratos son más intensos.
Como es de imaginar, Romero es más violento, verbal y psicológicamente, con las mujeres. Es común ver a compañeras llorar después de "dialogar" con él.
"Así paso mis días laborales con persecuciones, violencia laboral verbal y escrita al libre albedrío del Sr. Romero, como así también a las compañeras de Servicios Generales que por miedo al Sr. Romero no se animan a denunciar. Varias veces encontré a compañeras llorando y me contaron lo que pasaba, me manifestaban la persecusión y violencia laboral y verbal a dichas compañeras". Esta cita pertenece a una de las denuncias presentada en el 2018. Si, si, hace dos años.
Las denuncias que se presentaron a las autoridades de la Casa de Piedra también fueron presentadas por la Asociación del Personal Legislativo al Ministro de Trabajo...pero no pasó nada, para variar.
Cabe entonces preguntarse: ¿Es justo que vayas a trabajar y vuelvas llorando a tu casa porque tu jefe te maltrata? ¿Es justo que tú jefe te mande a tomar el té al baño porque le caes mal?
Se siguió el camino lógico y burocrático. No sirvió de nada. ¿Querés ayudar a que se escuche la voz de quiénes siguen siendo agraviados, ofendidos e ignorados? Compartí la información hasta que los responsables de terminar con esta situación reaccionen.