La Facultad de Ingeniería celebra el Día del Investigador Científico y la Investigadora Científica

Escrito por  Abr 11, 2022

En celebración del Día del Investigador Científico, investigadores e investigadoras de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) nos comparten sus perspectivas, reflexiones y trayectorias en el campo científico local. La fecha se celebra cada 10 de abril en conmemoración del nacimiento del doctor Bernardo Houssay, científico argentino ganador del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1947 y uno de los fundadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Desde las Ciencias Geológicas, la Informática, la Tecnología de los Alimentos y la Química, la Dra. Guadalupe Maro, el Dr. Federico Medrano, la Dra. Alejandra Giménez y el Dr. José Luis Zacur Martínez nos comparten sus historias de vida vinculadas a la Ciencia y cómo nació su vocación por la misma. Así también, nos explican la importancia de la actividad científica en nuestra sociedad en sus diferentes campos de experticia y sobre la necesidad de formación de más recursos humanos en el país.

LA ACTIVIDAD CIENTÍFICA CONTRIBUYE AL DESARROLLO DE LAS SOCIEDADES EN LA ACTUALIDAD ¿EN QUÉ CONSISTE ESA PRÁCTICA CIENTÍFICA Y EN QUÉ RADICA SU IMPORTANCIA?

José Luis Zacur Martínez es el primer egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNJu. Años después de recibirse como Ingeniero Químico (1981) y trabajar profesionalmente en el sector industrial, se doctoró en Ingeniería por la Universidad Nacional de Salta (UNSa) en el año 2008; en el mismo año se especializó en Docencia Superior en la UNJu. Nos explica que “la práctica científica entendida como hacer ciencia tiene por objeto, primero, generar conocimiento sobre un determinado tema y desde el punto de vista de mi profesión, buscar que ese conocimiento tenga una aplicación tecnológica que sea útil al desarrollo social y al desarrollo humano”. Actualmente, el Doctor Zacur Martínez se desempeña como docente e investigador en la Facultad de Ingeniería, y está dedicado al estudio del Litio junto a su grupo de investigación llamado “LIFI” (Litio Facultad de Ingeniería). “Me parece una temática muy importante para comprender cuál es el valor del recurso litio, entender cómo puede ser obtenido con el menor impacto ambiental posible, las aplicaciones actuales y las futuras que puede tener, y mi interés se ha centrado sobre todo en las aplicaciones futuras donde el rol del litio como combustible nuclear, en un plazo de 10 a 20 años, será muy importante y es por eso que debemos orientar nuestro entendimiento a cómo funciona el litio y cómo podemos proveer métodos para optimizar este tipo de uso”, expone.

Desde el campo disciplinar del estudio de los alimentos, María Alejandra Giménez es Doctora en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y docente de la Facultad de Ingeniería de la UNJu. Hace saber que sin lugar a dudas, “uno de los objetivos de la investigación científica desde las distintas áreas disciplinares es mejorar la calidad de vida de las personas, de ahí su importancia”, puntualiza. Sostiene que “para que suceda esto debemos reflexionar de manera autocritica en el por qué y el para qué se investiga y las respuestas a estos interrogantes debieran surgir de las necesidades”. En ese sentido, ejemplifica que las circunstancias de pandemia tanto en Argentina como en el plano mundial “ha puesto de manifiesto la importancia y el papel fundamental que desempeña la actividad científica involucrando no sólo a los investigadores del área de salud sino también a otras áreas de investigación como las sociales”, señala.

En tanto, Federico Medrano como Doctor en Informática y Automática y con un Máster en Sistemas Inteligentes resalta los avances en el campo de la informática y su aplicación a diversos ámbitos de la sociedad. “Todos sabemos que hoy en día está todo digitalizado, informatizado, entonces las investigaciones en ese campo son transversales a los demás campos de investigación, en ese sentido, mucho de los trabajos que se hacen desde la informática sirven para mejorar, para hacer los trabajos más fáciles de otras áreas, para resolver parte de los problemas”, remarca. En ese panorama, el Dr. Medrano también comparte su preocupación respecto a las dificultades que se presentan en el quehacer científico, “debería dársele la importancia que corresponde ya que los que investigamos a veces no contamos con los fondos, con los recursos, o no podemos acceder a ciertos proyectos por muchas de las restricciones impuestas por este tipo de convocatorias, que a veces por ser un equipo joven que recién está arrancando, uno se encuentra limitado”, hace saber.

Desde el campo de las Geociencias, Guadalupe Maro, Doctora en Ciencias Geológicas por la Universidad Nacional de Salta e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), se desempeña como docente en la Facultad de Ingeniería de la UNJu en las carreras Licenciatura en Ciencias Geológicas y otras de pregrado afines. Nos explica que la investigación científica se trata de búsqueda de respuestas a “un montón de preguntas sin responder todavía”, que no necesariamente conllevan “un desarrollo o una aplicación inmediata, sino que también hay un conocimiento que se genera a largo plazo, que es mucha de la ciencia que hacemos en ciencia básica, pero que a la larga termina siendo de utilidad para la industria y para el desarrollo”, afirma.

¿CÓMO DESCUBRISTE TU VOCACIÓN POR LA CIENCIA? ¿QUIÉNES FUERON TUS REFERENTES?

En referencias a los inicios por su vocación científica, la Doctora Maro, recordó que su amor por la ciencia comenzó gracias a su Profesora de Geografía de primer año de la Secundaria. Cuando “nos presentó toda la teoría de la tectónica de placas, el volcanismo y en esencia a mí siempre los volcanes me habían llamado la atención, como cuando me colgaba viendo los documentales, ahí descubrí todo ese mundo”. Más tarde, tras averiguaciones llegaría al campo de la geología, “primero me dije ‘quiero ser profesora de Geografía’ porque era mi reflejo inmediato entonces descubrí que había un campo de la ciencia que se encargaba del estudio, de la formación de las montañas, de las erupciones volcánicas, la historia de las rocas y toda esa área que a mí me encantaba”, recuerda.

De esa manera, Guadalupe Maro abandonaría su vocación por ser bailarina e iniciaría sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, en la carrera Licenciatura en Ciencias Geológicas. “Estudiar en la UBA fue todo un impulso porque siempre sentí que los profesores generaron un estímulo muy grande en mí y en la vocación científica, muchos de mis compañeros en la Facultad terminaron recibiéndose y se dedicaron al campo privado, como al petróleo, la minería y pocos nos quedamos haciendo ciencia nada más”, cuenta. En ese contexto, comparte que “el mecanismo de resolución de problemas dentro del campo científico siempre fue muy excitante para mí, ir al campo, encontrarte con afloramientos y nuevas rocas, hacerle un corte delgado y verlo en microscopio, ver cosas nuevas, ver qué datos salen me resulta muy atractivo y además muy necesario”, resalta.

De su llegada a Jujuy, la Dra. Maro hace saber que fue el lugar donde nació casi por accidente pero que años después se convertiría en el lugar de residencia permanente luego de obtener una beca doctoral de CONICET, “quería estudiar volcanes y ser investigadora, no me estaban apareciendo opciones claras para seguir en Buenos Aires, entonces fue cuando leí un e.mail de una convocatoria de CONICET en volcanes y en Jujuy, que era lo que yo quería y en donde quería estar”, relata. A partir de allí, es que se dedicaría por completo a la investigación y la docencia “en el campo de la volcanología, en las rocas volcánicas, los sistemas volcánicos aquí en Jujuy y toda la región del noroeste argentino”.

En su primera etapa como ingresante de la Facultad de Ingeniería de la UNJu, el hoy Doctor Federico Medrano reconoce que no sabía mucho de la informática, sino que sería años después cuando la descubriría como el campo de su vocación. “Cuando comencé la Facultad lo tomé más como un reto porque no era mi pasión la informática pero llegó a ser mi pasión recién en cuarto año”. En esa línea, comparte que tuvo “buenos” y “malos” docentes, “yo aprendí de los dos y estos buenos docentes me enseñaron a querer y a amar mi profesión, pero me di cuenta que me gustaba esto en cuarto año recién, que fue cuando me marcaron muy bien qué hacer y qué no hacer”, recuerda el Dr. Medrano en reconocimiento a su tutor de Trabajo Final de grado, el Dr. Enrique Tarifa.  “Él en ese momento ya era Doctor en Química y aún así fue mi Director, la tenía muy clara porque era ‘o te dedicás al ámbito académico o al ámbito empresarial’”. Así, luego de recibirse de Ingeniero Informático, inició sus labores trabajando por su cuenta como desarrollador de software en el ámbito privado, “me gustaba mucho pero luego tuve una oportunidad para hacer un posgrado mediante una beca, que fue también de casualidad y después de pasar el proceso de selección, fui becado para estudiar en la Universidad de Salamanca en España por la Fundación Carolina, que fue la que vio algo en mí”, cuenta. Además, el Dr. Medrano recuerda que sería mientras cursaba su Maestría en Sistemas Inteligentes, cuando “me di cuenta que podía seguir haciendo el doctorado y que no hacía falta ser un genio para serlo”, postula; así, nuevamente quienes lo impulsarían serían sus tutores del Doctorado, José Luis Alonso Berrocal y Carlos Figuerola, “ellos también me motivaron primero a continuar mis estudios y luego a insertarme en este campo en el que me estoy desarrollando hoy en día”.

Por su parte, la Doctora María Alejandra Giménez, quien se dedica al “estudio de propiedades químicas y funcionales de cultivos regionales de nuestra provincia, principalmente de Quebrada y Puna como los granos andinos y leguminosas como habas y su utilización en nuevos productos con propiedades distintivas como en productos panificados y pastelería, masas y pastas”, nos comparte que su vocación científica inició al realizar su Trabajo Final de Grado. “Además de querer buscar una explicación a todos los resultados y relacionarlos, lo cual me apasiona, la investigación me llevó a dedicarme full time a mi tema, sin horarios y a pesar de eso igual estaba contenta”, hace saber. Entre sus referentes, destaca la motivación impartida por la Dra. Norma Sammán de la Facultad de Ingeniera UNJu y el Ing, Rolando Gonzales de la Facultad de Química de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), “ambos actualmente son profesores eméritos que se han destacado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, a los cuales admiro no sólo por todo lo que saben sino por lo generosos que son al brindar conocimiento”, valoró.

Quien desde su ingreso a la Facultad de Ingeniería siempre ha tenido especial interés en la ciencia, es el Doctor José Luis Zacur Martínez, más precisamente en la ciencia aplicada hacia la tecnología en particular. “La investigación en esos momentos no estaba muy desarrollada en nuestra Facultad y teníamos una alta orientación hacia el ejercicio de la profesión en la gestión de recursos”, recuerda. Sería la Doctora Carmen Viturro quien lo movilizaría a dedicarse al ejercicio científico, “me ha incentivado y promovido el interés hacia la investigación, ella fue quien me enseñó en qué consiste y cuál es la importancia de investigar”, resalta. Luego de recibirse como Ingeniero Químico, el Dr. Zacur Martínez pasarían aproximadamente 20 años de trabajo en la industria como profesional cuando decidiría volcarse del todo al ámbito académico, “siempre digo que es muy conveniente promover la vocación científica en el ingeniero de manera temprana, en mi caso no fue así, sino que luego de 20 años de gestión en la industria me volqué hacia la academia y fue como completé mi formación como investigador”, destaca. Sin embargo, las experiencias recogidas en esos años, le darían el panorama necesario para orientar su actividad científica como lo afirma hoy en día, “la gestión, el ejercicio de la profesión en la industria me ha servido de ancla para saber cuál es el requerimiento en tecnología y por lo tanto tener una idea más acabada respecto de hacia dónde hay que orientar la vocación científica”.

Así también, entre otras personas que han contribuido a su crecimiento como investigador, el Dr. José Luis Zacur Martínez destaca a investigadores como John M. Prausnitz de Estados Unidos y a Elio Lonzo y Esteban Brignole de Argentina. “John M. Prausnitz es uno de los autores que más he buscado, fue un profesor de termodinámica y química de los Estados Unidos con quien en un primer momento del uso de e.mail hemos intercambiado algunos comentarios, algunas consultas y él fue también quien me llevó hacia buscar entender cómo ocurren las cosas en el ámbito específico donde inicie mis proyectos de investigación”, valora; a la vez recuerda el intercambio generado con otros investigadores en distintos congresos internacionales de los que participó, en quienes encontró las orientaciones necesarias para su desempeño científico.

SI PUDIERAS DARNOS UNA REFLEXIÓN EN ESTE DÍA, ¿QUÉ TE GUSTARÍA EXPRESAR?

“Quiero resaltar el apoyo en la formación de nuevos investigadores que en estas circunstancias de pandemia puso de manifiesto el espíritu del investigador y la motivación de los becarios”, expresa la Dra. Alejandra Giménez, que tiene a su cargo investigadores en formación “quienes aprenden de nuestro conocimiento y planifican sus ensayos con nosotros” en un contexto de trabajo arduo y continúo. Asimismo, alienta a la formación de más investigadores e investigadoras en el campo de la ciencia de los alimentos y las tecnologías, ya que, por ejemplo cada vez resulta más difícil encontrar diferentes razas de maíces en la región, donde disminuyeron “las familias que utilizan técnicas de procesamientos ancestrales y preparan alimentos típicos con fines específicos por ejemplo alimentos o bebidas energizantes, por lo que es sumamente importante que a través de la ciencia y tecnología alimentaria se contribuya al cuidado de la biodiversidad,  revalorizando los procesos productivos ancestrales  así como también aplicando a estos cultivos otras tecnologías de procesamiento modernas para  obtener productos que resalten sus propiedades nutricionales y funcionales”, detalla. En ese plano, la Dra. Giménez destaca la importancia que tiene para el consumidor “el proceso detrás del producto donde se prefieren los productos naturales sin aditivos porque tienen mayor interés en mejorar o conservar la salud, esta tendencia incluye alimentos que contienen compuestos bioactivos que cumplen una función especial en el organismo, donde generalmente para el desarrollo de estos productos las empresas suelen adicionar vitaminas proteínas, antioxidantes, fibras y ácidos grasos”. Concluye, asegurando que “el procesamiento de los granos andinos y las leguminosas mediante la aplicación de tecnologías modernas e incluso aplicando tecnologías ancestrales pueden satisfacer esta demanda”, donde también hay que considerar a las personas con alguna patología como celiaquía o diabetes y que requieren de alimentos especiales.

Por su parte, el Dr. José Luis Zacur Martínez postula que “todo aprendiz joven o viejo, siempre debe preguntarse el porqué de las cuestiones y no simplemente quedarse con el ‘porque lo dijo el profesor o porque lo dijo el texto’, sino que tiene que tratar de profundizar en esos porqué, buscar las respuestas de porqué ocurren las cosas de esta forma, cómo puede aprovecharlas, cómo puede aplicarlas y es en esa intención de buscar porqué, que se inicia la vocación por la indagación científica”, alienta y concluye en que hará falta “ser un indagador del conocimiento”.

La Dra. Guadalupe Maro subraya la importancia de “fortalecer el lugar de la mujer en la ciencia donde hay un gran cupo el de mujeres que hacemos ciencia, pero todavía es muy difícil que los equipos de trabajo, que los lugares de jerarquía sean ocupados por mujeres, así que todavía hay una lucha muy grande por hacer”, reflexiona. En ese panorama, puntualiza, “las mujeres que hacemos ciencia y a la vez formamos una familia, igual que en otros ámbitos, se siente la diferencia, donde no es sencillo compatibilizar el amor por la profesión que una tiene con la familia y el resto de la vida, se hace cuesta arriba muchas veces”, por ello apunta a la necesidad de adquirir mayor seguridad. “Hay como una inseguridad impresa en las mujeres de la ciencia, como un preconcepto, como si las mujeres que hacemos ciencia tuviéramos que hacer todo este trabajo de valorización de nosotras como si realmente fuera necesario”, expone.

En cuanto a la práctica científica en su campo de experticia, la Dra. Maro explica que existen distintas áreas donde se puede hacer investigación, “en Geología hay muchos campos donde podés investigar porque siempre estás frente a problemas para buscar resoluciones, pero fundamentalmente te tiene que gustar estudiar porque estas todo el tiempo leyendo, actualizando tus conocimientos, explorando nuevos campos y eso te tiene que atraer”, afirma. En ese sentido, alienta a quienes tengan interés a “acercarse a quienes estamos haciendo investigación, a preguntar, a presenciar las defensas de tesis de licenciatura, las prácticas profesionales donde se puede tener un acercamiento a lo que es el trabajo científico y también se pueden pedir becas de CONICET para hacer un posgrado que es fundamental para iniciar una carrera como investigador o investigadora”, hace saber. Además, señala que a través del trabajo docente se puede hacer investigación, “porque la docencia tiene esa parte linda de la transferencia del conocimiento que es muy enriquecedor”.

Por último, el Dr. Federico Medrano saluda a sus colegas en este día y expresa su agradecimiento a la Universidad por ofrecer esta posibilidad de investigar, “ojalá existan muchas más convocatorias y proyectos para que podamos seguir desarrollando en estas áreas en las que estamos insertos y por qué no descubrir nuevas para transmitir estos conocimientos tanto en el ámbito académico como a la sociedad”, augura. Además, alentó a quienes están iniciando sus estudios universitarios, “decirles que todo se puede, que ser un buen estudiante tiene sus ventajas y premios, ya que por ejemplo si yo no hubiera sido un buen estudiante, no hubiera podido ser becado y si no hubiera sido becado no me hubiera ido a España a estudiar un posgrado, muy probablemente no hubiera seguido estudiando, pero fue un premio por haber sido un buen estudiante, y gracias a Dios me dediqué, sufrí mucho, me sacrifiqué y pude lograrlo”, comparte. Asimismo, añade, “uno ve la escalera que es muy larga pero hay que ir peldaño por peldaño paso a paso e ir avanzando en la medida en que uno pueda, conociendo las limitaciones y posibilidades de cada uno pero siempre fijándose objetivos a corto y largo plazo”, recomienda. En ese plano, el Dr. Medrano reitera que “no hace falta ser Albert Einstein o John Ash para ser un gran científico, si uno quiere alcanzar algo con dedicación y tiempo lo puede lograr, y eso fue lo que me pasó a mí también cuando decidí dejar mi parte del ámbito empresarial para volcarme al ámbito académico, donde fue emprender una nueva carrera con mucha responsabilidad, mucha dedicación y lo pude lograr”.

 

 

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